Sin sentido pero sintiendo…

Domingo, día con el que termina la semana, al menos aquí. Pero no, este no es un domingo cualquiera. Este domingo en concreto, el 8 de Julio de 2007 daba fin a una semana como otro domingo cualquiera, pero también empezaba un sueño. Un sueño del que todavía no he despertado, un sueño del que no quiero despertar.

¿Nunca habéis tenido de repente la sensación de que hay algo en el ambiente que os da buenas vibraciones? No sé, un día entras en un sitio o te levantas una mañana y todo te parece increíble y piensas que todo lo que te va a pasar a partir de ese momento es bueno. No puedo evitar pensar en alguna teoría que lo explique pero este no es el momento… bueno, solo un apunte:

Si en el fondo solo somos energía y la energía interacciona entre sí… ¿no será posible entonces que la mera presencia de otra persona en un bar nos haga sentirnos bien sin ni siquiera haberla visto, sin habernos percatado de su presencia? Bueno, que no seamos conscientes de lo que nos pasa no significa que no nos esté pasando… ¿no? No sé, son solo paranoias sin ninguna base científica, pero empiezo a pensar que aunque no nos demos cuenta, muchas cosas pasan porque tienen que pasar. Es tan poquito lo que podemos decidir…

No creo en el destino. Cada uno decide a cada instante cuál va a ser su siguiente paso, su siguiente palabra, su siguiente gesto… A veces de forma consciente y a veces de forma subconsciente, pero creo que el mundo funciona así. Todo lo que hacemos, todo lo que nos rodea, absolutamente todo está relacionado con todo e influye de alguna manera en todo lo que pasa. Estoy convencido de que no es lo mismo tener al lado un vaso de agua que tener un vaso de vino, ya que aún sin tocarlos, los dos tienen una composición diferente y de alguna forma interactúan con nosotros cambiando algo, probablemente imperceptible, pero suficientemente significativo como para provocar un pensamiento, un sentimiento, una sensación… un cambio.

Si esto es cierto, entonces tener a una persona al lado puede cambiar muchas cosas en nosotros. No hace falta hablar, no hace falta ver… solo hace falta sentir. Sentir como de repente eres más feliz. Sentir como cambia el color del cristal a través del cual vemos el mundo. Sentir como sin darnos cuenta todo ha cambiado y sin embargo no podemos ser conscientes de ello porque no podemos verlo, solo podemos sentirlo.

No estamos preparados para algo así, no desde un punto de vista racional y lógico. Puede haber gente más inteligente y gente menos afortunada en ese sentido pero… ¿y lo que escapa a la razón? ¿Qué pasa con los sentimientos? Si si, eso que nos pasa a todos millones de veces a lo largo de nuestras vidas y que jamás llegaremos a entender porque simplemente es imposible. Sentimos cientos de cosas cada segundo, cada minuto, 24 horas al día 7 días a la semana los 12 meses del año, desde el día en que nacemos hasta el último suspiro… No podemos parar de sentir, lo hacemos a cada instante.

Buff, esto empieza a asustarme. Lo que hace unas líneas era solo un apunte que mi cerebro me hacía – como tantas otras veces siempre en medio de otra cosa y sin venir a cuento – empieza a convertirse en una paranoia de las que nunca consigo escapar… a ver cómo termina esta vez. Sigamos divagando…

A ver quién es el listo que se atreve a intentar explicar lo que siente… Yo personalmente me rendí hace tiempo, aunque no demasiado. Realmente hace bastante poco teniendo en cuenta mi edad, ya que fue tan solo hace unos meses y todavía se clavan en mi cabeza flechas con mensajes que intentan explicar el por qué de lo que siento. Pero ahora he aprendido a retirar estas flechas sin dolor, por muy profundas que estén clavadas, porque me he dado cuenta de que no son más que engaños.

Somos inteligentes, si, una verdadera lástima. Somos tan inteligentes que nos engañamos a nosotros mismos y lo hacemos tan bien que ni siquiera nos damos cuenta. Nos engañamos porque no estamos preparados para sentir, sino para pensar y entender de forma racional. Todo lo que no encaja en nuestro mundo de lógica y sentido común lo transformamos. Cada uno a su manera, eso sí. Cada persona es un mundo y cada uno tiene su propia lógica pero en el fondo solo son detalles. Al final todos hacemos lo mismo, engañarnos – para bien o para mal – cuando no entendemos algo racionalizándolo de alguna forma que hace que se disipen esas dudas que si siguieran ahí terminarían agotándonos.

La respuesta a algunas preguntas está en dejar de hacérselas. No significa que no exista una respuesta para cada pregunta, al menos yo creo que sí, que cada pregunta podría ser contestada de forma correcta en algún momento, a medida que el conocimiento va avanzando. Lo que significa es que no podemos responder a los millones de preguntas que nos plantean los millones de sentimientos que tenemos a lo largo de la vida. Necesitaríamos tener el conocimiento para hacerlo y el tiempo necesario para procesarlo, algo que ralentizaría sobremanera cada instante de nuestra vida impidiéndonos vivir.

Todo influye, todo tiene un por qué, todo lo que pasa por nuestra cabeza y que por miedo a no entenderlo lo alteramos, todo absolutamente todo es verdad. Y si nos dejamos llevar y aprendemos a disfrutar de las cosas dejando al margen la razón, dejando que todo fluya… Basándonos en eso que pasa por nuestra cabeza y que algunos llaman intuición, entonces seremos felices y tomaremos siempre la decisión acertada, diremos siempre la palabra correcta y viviremos la vida como hay que vivirla, disfrutando hasta de las lagrimas.

Solo hay un mundo de rosas y es tu mundo. Solo hay una forma de sentir y es sintiendo. Solo hay una forma de soñar y es despierto, cada día. Solo hay una forma de vivir y es disfrutar la vida. Solo hay una forma de morir y es pensando en lo que pasaría.

Hace un rato, cuando empezaba a escribir todo esto y antes de empezar a pensar que quizás, solo a lo mejor, pudiera ser que me esté volviendo loco, yo estaba hablando de un domingo. De un 8 de Julio de 2007 que daba fin a una semana como otro domingo cualquiera, pero que también empezaba un sueño. Un sueño del que todavía no he despertado, un sueño del que no quiero despertar.

Una vez más otro intento fallido de escribir lo que quería, de convertir un pensamiento en una historia, de intentar controlarme a mí mismo para no irme por las ramas… Una vez más me he dejado llevar y al final esto no tiene nada que ver con lo que yo quería hacer, aunque creo que una vez más estaba equivocado… Al fin y al cabo creo que solo quería escribir un poco. Buscaba un motivo y un objetivo para animarme a hacerlo, pero ahora que he terminado sé que es esto lo que realmente quería hacer, sentirme como me siento ahora, sentirme bien.

Y tú sin darte cuenta de nada y yo agradecido otra vez… Si, vivo en un cuento de hadas que te invito a conocer…

Acerca de Enadan

http://about.me/enadan
Esta entrada fue publicada en Desde dentro. Guarda el enlace permanente.

2 respuestas a Sin sentido pero sintiendo…

  1. Raquel dijo:

    Guapísimo neno, gracias por deleitarnos con estos peaso textos. Bikinos.

  2. Daniel dijo:

     
    Thanks, me alegro de que te guste 😀
     
    Besin

Deja un comentario